Este mes fuimos a la biblioteca y como siempre sacamos entre 10 y 20 libros infantiles para mi hija. Generalmente, de 20 libros que sacamos terminamos leyendo 4 ó 5 todos los días.
No sé por qué, pero de repente recordé que aunque en mi casa crecí rodeada de libros, la verdad es que ir a la biblioteca no era algo que hiciéramos para entretenernos una tarde de fin de semana. No sé si es por crecer en los 90’s y eso no se usaba o simplemente en México no lo acostumbramos.
Me acuerdo también que en mi colegio teníamos una biblioteca. El piso era el típico piso de mármol (¿tal vez?) como con piedritas grises. Había también mesas de metal y sillas de metal con asientos cafés. Todos los libros eran custodiados por la Virgen María y para sacar un libro había que llevarlo a una ventanilla donde la monjita bibliotecaria te sellaba el libro. Todo es un recuerdo vago, lo que si recuerdo es que aunque estaba ahí la biblioteca, no la visitábamos muy seguido. Después en la prepa y en la universidad, la biblioteca era un lugar menos serio, pero la mayoría de los libros eran de texto y más bien pasaba tiempo ahí para hacer tareas.
Aquí en Australia, veo que mi hija puede disfrutar una biblioteca mucho más amigable. Podemos ir a escuchar lecturas de cuentos en voz alta o ir a la hora de canto para bebés. En las bibliotecas que me han tocado conocer por este lado del mundo, hay una zona para niños, donde sí hay que hablar en voz bajita, pero no se siente la tensión de romper el silencio. También hay sillitas de colores vivos y los libros para los más pequeños están al alcance de los niños.

Hay bibliotecas que tienen cursos para la comunidad como tejer, computación y grupos de conversación para practicar inglés o tu idioma natal, o clubes de lectura. En México, aunque las bibliotecas no son tan de fácil acceso, un gran porcentaje de municipios tiene una. Si quieres darte un tiempo el próximo fin de semana, una simple búsqueda en Google te ayudará encontrar las opciones más cercanas a tu casa y podrás confirmar si tienen algún programa para niños.
Así que te invito a ir a tu biblioteca local el próximo fin de semana y que saques un montón de libros con tus peques. Si te animaste a ir, cuéntame ¿cómo te fue? ¿qué libros están leyendo?
Hasta luego y ¡feliz lectura!
